#10 - Le Corbusier: La fuerza de la arquitectura en el dialogo de estilos y formas.
Le Corbusier fue un gran artista, primero pintor y luego arquitecto que innovó mediante la creación de estilos originales, como las casas de los cinco puntos o sus ciudades modernas, sin embargo, no se alejo o rechazo lo clásico, tanto es así, que intervino en la creación de un monasterio, que aún con su distintivo diseño, conservó el estilo claustral. En cierto sentido, logró imprimir un lenguaje particular en cada obra en la medida que usaba un vocabulario muy propio, el racionalista. Aprendió a mezclar diversas corrientes de inspiración y lenguajes simultáneamente en la disposición de los proyectos, así lo señala Capitel al escribir, “Le Corbusier parece consciente de que disposición y lenguaje son cuestiones bien diversas y que pueden utilizarse con independencia”. Otro importante método que Le Corbusier utilizó para organizar su trabajo de diseño fue el método de composición por partes, que primero expresó en las cuatro composiciones para viviendas unifamiliares, como se puede ver en la La Roche-Jeanneret, y que luego consagró mediante su clásico estilo de la villas o casas de los cinco puntos. Lo anterior apunta a que Le Corbusier era un artista que se acercaba a su trabajo, en la parte práctica y de diseño, con profunda seriedad y metodismo, cosa que se exhibe en obras del calibre arquitectónico del dormitorio suizo en la ciudad universitaria de París. Así lo describe Capitel, “La composición por partes es tanto una idea de organización funcional como una manifestación de la expresividad, sin que queda distinguir muy claramente entre una y otra cuestión”.
La práctica utilitaria, es decir, el diseño de Le Corbusier era centrado en el usuario, atendía sus necesidades mediante la creación de espacios que fueran prácticos. Un claro ejemplo de lo anterior es la utilización de los famosos pilotis para elevar las casas en medio círculo facilitando la entrada y salida de los carros o la inclusión de la naturaleza en espacios urbanos. En esa línea, a Le Courbuiser se le conocerá siempre como una de los padres de la modernidad arquitectónica. Su importante Centrosoyus en Moscú, es ejemplo claro de cómo en el diálogo de los contrastes se dan cosas productivas. Le Corbusier logra crear un espacio puramente funcional que a la vez preserve la “claridad del esquema”, añade Capitel que “Esta composición, que aunque está indudablemente revestida de con el nuevo y revolucionario lenguaje, no oculta la raigambre académica de sus volúmenes, y forma parte de un rito que tantas veces se traslado a la arquitectura moderna como si tratara de un recurso propio o neutro”. Logra Le Corbusier desarrollar primeramente algo que se llamaría “estilo internacional”. En amplio sentido, la fuerza de su gestión se recibe en la simbiosis que forja. Como se aprecia en los dormitorios suizos, su interés no era diseñar más de lo necesario, al contrario, sus formas buscan ser compactas, decir todo con poco, pero con “espíritu”, así me muestra en la Villa Savoie. Regresando al Pabellón Suizo, uno de los más importantes proyectos de Le Corbusier, se nota la mezcla de tres importantes corrientes del arquitecto: la composición por partes, la superposición de estratos independientes y la forma compacta.
El juego con el espacio exhibido en los balcones, doble altura, pilotis, rampa interior, planta libre entre otros elementos, “han permitido que Le Corbusier desarrollar su especial sentido del espacio, de la forma en general y de su propia estética”. Su sistema de los cinco puntos, distintivos en sus Villas se fue perfeccionando, así lo demuestra la evolución técnica que se aprecia en Villa Garches, pero mejor en la Savoie, que se distingue por el sistema compacto. De Le Corbusier, Capitel señala la “plasticidad implícita… que es una simplicidad muy elegante y atractiva”. El academicismo cedió, y la invención permitió que se creará algo nuevo, “El sistema era demasiado fácil, aunque esta opinión suya fuera posterior. No se trataba de un arquitecto que amara precisamente lo inmediato”. El surrealismo, mostrado en su trabajo plástico, también se muestra en lo que diseñó, así se vio en el Visual Arts Center de Harvard “Matices surrealistas aparecen así en esta producción lecorbusiana”. Teórico, artista y visionario, Le Corbusier logró promover el desarrollo del urbanismo más allá de la ordenación de centros urbanos, más si, promoviendo un nuevo lenguaje arquitectónico. Su lucha por crear espacios cohesivos, funcionales y eficaces en el contexto de la modernidad invita a reconocer que deja un legado monumental en la arquitectura.
Una estética principalmente minimalista, apostando a la luz y los colores primarios para crear juegos con la vista demuestran la intencionalidad directa pero poco ostentosa de su trabajo. Su mirada no solamente de los que diseñaba, sino la macrovisión en relación al entorno urbano y natural como elementos cohesivos en la planificación estratégica de los espacios es también algo que lo distinguió. La buena arquitectura no puede ser sectaria, es decir, no puede ser solo diseño, planificación e innovación, tiene que ser una gestión unitaria y cohesiva que produzca algo. En ese sentido, reconocer la gestión de Le Corbusier en sus trabajos en Francia, Brasil, Estados Unidos, o centros urbanos y villas, verdaderamente logró hacer su trabajo a cabalidad en diversos contextos interculturales. Como dijo el mismo Le Corbusier, “La arquitectura es el punto de partida del que quiera llevar a la humanidad hacia un porvenir mejor”.
Comentarios
Publicar un comentario